miércoles, 4 de mayo de 2011

Perderse para encontrarse

         La Verdad seduce, no se impone, por eso yo no estoy pendiente de que me leaís más o menos, como tampoco procuro escribir si no se me ocurre nada, yo solo quiero que conozcaís la Verdad verdadera, aquello por lo que Sí merece la pena vivir y sufrir. Ni yo ni nadie puede obligar a otra persona a creer. Eh aquí la Grandeza de Dios, que nos quiere sin esperar nada a cambio.
        Sin duda, Dios es un misterio, no basta con que nos digan que existe, hace falta creerlo. Se perfectamente que esto no es nada fácil, de ahí mi entrada de hoy. ¿Cómo puede una persona que piensa que Dios no existe dejar de un lado ese pensamiento para reconocer a la Verdad?
         Quizás la respuesta, aunque parece que no sea muy creíble, pueda ser así de simple: Porque esta en ti. Tu formas parte de Él; piensalo, es posible que nunca te lo hayas planteado. Pero es que sin Dios nuestra existencia pierde el sentido, ya que viviríamos una realidad totalmente materialista. Si nos va mal, no tendremos una clara esperanza como es Jesús, que nos promete la Salvación; y si nos va bien... seguro que nunca podremos alcanzar la felicidad y la paz que el Señor no ofrece, que es Eterna.
         Si miramos en nuestro interior, nos daremos cuenta de que Dios nos pide que nos neguemos a nosotros mismos y le sigamos. El misterio es que si no lo hacemos, entonces es cuando verdaderamente nos estamos negando, porque Él es el que nos da el sentido de nuestra vida: Perderse para encontrarse.