sábado, 29 de septiembre de 2012

La amistad y ese "algo"

Algo tan complejo puede dar para millones te caracteres, pero yo voy a describirla con mis palabras en esta entrada, espero que saquéis algo en claro y que os ayude, porque para eso pretendo que sirva este blog: 


Todo, absolutamente todo, tiene cierta relación con el esfuerzo que le dedicas, el interés y, sobre todo, si haces las cosas con amor. Pues bien, una amistad se basa en estos tres pilares, sin ellos, no hay amistad. Si los analizamos, nos daremos cuenta de que una amistad es algo que escasea pero que merece la pena.

Quizás lo que tengamos que hacer es dar gracias por lo que tenemos y comenzar a apreciarlo, y los amigos son un buen sujeto para llevar a cabo esta costosa pero gratitativa acción. Pensemos en algunos de ellos, en dos por ejemplo, y ahora preguntémonos cuanto esfuerzo, interés y amor pones en cada una de esas relaciones. 

Luego hagámonos la pregunta a la inversa, cuanto esfuerzo, interés y amor ponen tus amigos en las mismas. Creo que sino hacemos esto, podemos tener muchos "amigos" que en realidad no lo son... y que no nos demos ni cuenta. Porque se dicen muchas tonterías de ellos, se dicen que los buenos, los de verdad, hacen esto y lo otro... pues bien, me parece que está mal enfocado. 

En toda amistad debe de haber, ante todo, "algo" que haga más fácil esforzarse, interesarse y dar amor a la otra persona. Porque los verdaderos amigos son los que, aún cuando no los ves durante mucho tiempo, la llama de la amistad que hay entre ellos perdura, como hoja perenne, y no caduca jamás. Pero esta afirmación sólo puede darse si, antes de eso, ha habido una relación donde un "algo" hizo más fácil esforzarse, interesarse y dar amor. 

Todos podemos reconocer ese "algo" en una amistad, por eso me atrevo a definirlo como una capacidad que tenemos las personas para entregarnos en servicio a los demás, de manera gratuita, sana y amable. ¿Por qué? pues muy sencillo, porque es algo que necesitamos y que está intrínseco en nosotros, sin el cual nuestra vida carece de sentido y nuestra existencia se convierte en algo solitario y triste. 

Por ello os animo desde estas líneas a que cuidéis bien vuestras amistades, es lo más bonito que tenéis y es vuestro mayor tesoro, lo más valiosos que jamás podréis obtener, porque es gratis y es limpio, porque ama.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Atrapados por las "redes" sociales

Redes sociales o "instrumentos para la comunicación" virtual (online)



El auge del Tuenti en nuestro país fue en el 2006, más o menos. Antes ya estaba el Messenger, que comenzó a finales de los noventa. Pero llegó el Facebook, que lo revolucionó todo. Aunque también está el Twtter, pero eso es un tema aparte. 

Bueno, la gran pregunta es: ¿para qué tanta red? Y es que ahora parece que es imprescindible conectarse a diario... Retornemos la mirada a 1990, hace 22 años -un período más bien corto de tiempo-, pero como se puede comprobar a dado para todo y más. ¿Qué se hacía en aquella época? ¿Cómo se viva? ¿Cuales eran las aspiraciones, los sueños?

De lo que estoy seguro es que la relaciones cara a cara eran predominantes y ahora no. También tengo claro  que las necesidades eran totalmente diferentes; antes era impensable algo como estar en un bar con otra persona y "hablar" por el whats app en lugar de HABLAR con dicha persona -con la que de hecho has quedado para tal propósito-. Sin embargo, a día de hoy, parece que estás controlado todo el tiempo por este tipo de "utilidades super prácticas y encima gratis, oiga".

Lo curioso es que a nadie parece importarle esta esclavitud a la que nos están sometiendo. Es más, hasta en las situaciones más inverosímiles, la gente está comentando y "describiendo" todo lo que hace y dice y le pasa y tal y lo otro...

Ya no hay respeto, en el cine, en las aulas, en el teatro... ¡¡en misa!! "Compartimos" tanto que realmente no vivimos lo que realmente pasa... nuestra vida real está ahora en las "redes" sociales. Estamos atrapados, pero hay salida; una única y exclusiva: desintoxicarse de este cáncer que resulta más nocivo y adictivo que los cigarrillos.

jueves, 20 de septiembre de 2012

La Dirección Espiritual

Tema poco conocido en general y poco practicado en particular, al menos, eso es lo que yo veo. El Director espiritual es una de las tantas cosas que ofrece la Iglesia y que se desaprovechan de manera alarmante. Porque nadie puede caminar sólo, es una imprudencia, es una temeridad, pero sobre todo, es un riesgo innecesario de no alcanzar la salvación. 

Las pocas razones que encuentro para no dirigirse con alguien me parecen poco o nada fundamentadas, más bien son excusas para no reconocer nuestro poco interés o nuestro orgullo de creer que podemos nosotros solos. Lo peor es que no te dejes aconsejar y creas que no lo necesitas, pero es peor porque en realidad tus  motivos carecen de sentido, porque no tienen ni pies ni cabeza.
La Dirección Espiritual

¿Alguna vez has probado a tener uno como para estar tan seguro de que no te va a ayudar? ¿No te has preguntado que la gente que suele tener con frecuencia una dirección espiritual están, poco a poco avanzando en su vida de fe, en su trato con Dios? Entonces, porque no dejas ya de decir "si a ellos le sirve, pues genial" comienza a plantearte que es algo más necesario que el comer, solo que no te das cuenta. Porque tu vida espiritual es más importante que la meramente corporal, por la sencilla razón de que el cuerpo no es nada sin el alma (anima, en la latín).

Desde aquí te invito a que dejes ayudar, a que te dejes guiar, no vas a perder nada, todo lo contrario, cada vez ganaras más. Y que conste "es que no tengo confianza con nadie para que me dirija" indica que igual se tiene un concepto erróneo de lo que es la Dirección Espiritual.

Te dejo un resumen de un artículo del Padre John McCloskey:

La única pregunta verdaderamente con valor es aquella del joven rico del Evangelio ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna? Está bien comenzar, como le dijo Jesús, por los Mandamientos, pero también podemos ver los consejos de la Iglesia, luego podemos ver también el estado de nuestra vida actual y así tener presente lo que Dios quiere de nosotros ahora.

"Sin embargo, para encontrar las respuestas a estas cuestiones, cada Católico debería tener un director espiritual. Como el Beato Josemaría Escrivá señalo “No se te ocurriría construir una buena casa para vivir en la tierra sin consultarle a un arquitecto. ¿Cómo quieres levantar sin un Director el alcázar de tu santificación para vivir eternamente en el cielo?" Esto es verdad para todo el mundo, no sólo para el pobre, el simple o analfabeto sino aún más para el satisfecho con su éxito. Escrivá sigue diciendo "Tú crees que realmente eres alguien: tus estudios - tus trabajos de investigación, tus publicaciones -, tú posición social - tus apellidos -, tus actuaciones políticas - los cargos que ocupas, tu patrimonio, tu edad..., ¡ ya no eres un niño!..."

Precisamente por todo eso necesitas más que otros un Director para tu alma!

Uno buscaría con gran dificultad a través de la historia para encontrar santos canonizados que no hayan recibido dirección espiritual con regularidad. Después de todo, aún nuestra Bienaventurada Madre, la Inmaculada Concepción, encontró su vocación por medio de las palabras del Arcángel Gabriel. Y aún preguntó como sucedería todo esto.

Los católicos ahora en un número de más de un billón “cruzando el umbral de la esperanza” en el Jubileo del año 2000, pero infortunadamente cuantos como Thomas Merton, hablando de si mismo, en “La montaña de siete pisos” dice “relegados a los rangos de la tibieza, estupidez y sin energía, los Cristianos indiferentes viven una vida que es medio animal y quienes apenas hacen un esfuerzo por mantener vivo el aliento de la gracia en sus almas” Merton se responde “debí haber buscado una dirección espiritual completa y constante.” La dirección espiritual es un importante paso para ayudarnos a identificarnos con Cristo para que podamos ayudarnos a construir a través de nuestra oración y sacrificio la “civilización del amor y la verdad” que Juan Pablo II prevee para las próximas décadas.