lunes, 21 de marzo de 2011

El valor de la espera, lo difícil no es llegar a la Verdad, sino mantenerse en ella.


LA ÚLTIMA CIMA

Lo difícil no es que Dios te llame, ya que Él es el que lo dispone todo. No, lo que de verdad es el quid es mantenerse en la cima, lo que depende más de uno mismo es seguir confiando en Dios, aunque sin su Gracia no podemos nada. Pero esa confianza, ese luchar todos los días por mantenerse junto a la Verdad, es lo que nos une a Él; si no la mantenemos, corremos el riesgo de alejarnos por otro Camino, incluso sin que no nos demos cuenta.
http://es.globedia.com/la-verdadera-libertad
Pero nos puede ser muy útil saber dónde buscar la Verdad. Normalmente, pensamos que la solución a nuestros problemas hay que buscarla de puertas hacia fuera; nada más lejos de la realidad: la Verdad reside en nosotros, porque la Verdad es Dios y nosotros formamos parte de Él. Si buscamos en nuestro interior, encontraremos la solución a nuestros problemas, a nuestras inquietudes, a nuestros fracasos y tristezas. Si buscamos, nos daremos cuenta de que lo que nos hace falta es el Amor.

El problema es que no podemos dejar de buscar la Verdad, debemos de buscarla todos los días en nuestra vida diaria. Dios nos habla en cada momento, en cada situación, en cada persona; si sabemos enfocarlo desde el Amor y no desde el odio, si nos olvidamos de nosotros y nos percatamos de que lo que más nos ayuda es, precisamente, ayudar a otros.  Esto es así porque Dios mismo se encarno para servirnos, no para ser servido; Él, que es nuestro Padre, entrega a su Hijo para salvarnos, de manera que, si nosotros también entregamos nuestra vida a Dios, como hizo Jesús, para que Él le encuentre sentido, para que nos ponga una meta, nos encontraremos. Porque quien trate de salvar su vida la perderá, pero quien la pierda la salvara, dice el Señor. Él entrego la suya por Amor, por lo tanto, la clave de nuestras vidas es Amar.
 Hay una cosa clara, Dios nos hizo libres, pero sólo alcanzaremos la verdadera LIBERTAD, cuando nos hallemos en la Verdad, que no es otra que Dios, nuestro Padre. De nosotros depende emplear el tiempo que se nos a dado en buscarla o en perdernos con el ruido de lo mundano.

Debemos construir nuestra casa sobre la Roca que el Padre nos envió, no sobre arena. Llegaran tormentas y mareas que derribaran la casa de arena, pero la roca resistira firme. Arraigados y edificados en Cristo, Firmes en la Fe.

Una clave para conseguir alcanzar la verdad es no conformarse.



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