martes, 23 de agosto de 2011

Se acabo el mundo, ahora empieza el verdadero.

 El Espíritu de Dios descendió en forma de lluvia sobre los más de 2 millones de jóvenes de toda la Tierra que estuvimos en cuatro vientos con el Papa por Cristo y para Cristo: todo honor y gloria por siempre Amén. El Espíritu de Dios descendió sobre los cuatro vientos y nos purifico para nacer a la vida nueva
A nadie le ha dejado indiferente; yo en particular he sido testigo de muchos milagros y conversiones. Pero sobre todo el hecho de que el mundo es de Cristo pues todos estaban reunidos en Madrid convocados por su representante en la Tierra: el Papa. Comienza lo bueno. Se ha acabado el mundo; ahora comienza una nueva era, ahora comienza el verdadero mundo: el mundo de Dios, el mundo de el Hijo de Dios.


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