martes, 28 de febrero de 2012

El milagro de la vida

Hoy me ha ocurrido algo que me ha dejado maravillado: mientras viaja en el metro un buen hombre ha entrado en mi vagón. Este, guitarra en mano y con una sonrisa de esas que contagian, se dirige a todos los que nos encontrábamos allí y nos dice que "en esta bonita tarde, para hacerla más alegre y así disfrutar de este gran regalo que es la vida, nos iba a  cantar una canción: pintarse la cara color esperanza". Lo hizo con una gran alegría y sencillez. Acabo dándonos las gracias por regalarle tantas sonrisas. Puedo jurar que no he visto nunca a tanta gente el metro dando dinero. Pero jamás veré a todo un vagón con una sonrisa en la cara gracias a una persona sin nada que dio todo lo que tenía, que es más valioso que el mero "poseer": su felicidad. Gloria a Dios por este hombre que nos hizo pasar un rato muy agradable. Gente así es la que necesita el mundo. Tengo claro que ese buen hombre nos dio infinitamente más de lo que le dimos nosotros con nuestra limosna de lo que nos sobra. Nos arranco una sonrisa de la cara en medio de, como bien describió esta gran persona, "estos momentos difíciles" aunque no acabo: "pero que la crisis no nos quite esta sonrisa, esta alegría de vivir que llevamos en el corazón" fue un milagro, fue mágico.

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